Si has visto la televisión, el móvil, o el periódico, lo más probable es que ya estés al tanto de qué está ocurriendo actualmente en Palestina, más específicamente, en Gaza. Tras el atentado del grupo terrorista Hamás contra Israel, éste bombardea día y noche la franja palestina en la que se esconden los miembros terrorista, solo que con este acto, han asesinado ya a más de once mil palestinos, todos ellos, ciudadanos inocentes.
Pero, lo que muchos desconocen es que este conflicto no comenzó hace un mes, sino que tiene una larga y extensa historia que remonta a finales de siglo XIX. Hoy, en el Gym Mental vamos a ir poco a poco desde el comienzo de la situación, hasta la actualidad.
Vayamos a 1896, cuando un hombre llamado Theodor Hezl fundó el sionismo, un movimiento político que propone la creación de un Estado por y para los judíos. En su libro El Estado judío: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía, Palestina no era el territorio inicial en el que planeaba establecer su nación, pero finalmente, se decidió por la leyenda religiosa que tenía su tierra. Este movimiento fue aumentando, hasta convertirse en un proyecto colonial.
El pueblo palestino estaba completamente descontento con estas situaciones, por las que se generaron varias revueltas, como el levantamiento al-Buraq en 1929 y la gran revuelta árabe de 1936-1939.
Los ingleses finalmente decidieron llevar el problema a las Naciones Unidas en 1946, las cuales decidieron dividir el 45% del territorio a los árabes, y el 55% a los judíos. A ninguno de estos grupos les pareció justo: los primeros porque se negaban a entregarles parte de su tierra a una comunidad colonizadora, y los segundos porque deseaban aún más tierra.
En 1948, tras la renuncia de los británicos a su mandato, se llevó a cabo la creación unilateral de Israel, lo que llevó a la expulsión de más de 750.000 personas de sus hogares, aunque algunas sí que lograron quedarse en el recién fundado estado.
En 1956, Israel invadió Sinaí, pero retiró su ejercito bajo la promesa egipcia de que estos no enviarían más armas a los palestinos, en sus guerrillas contra los israelís. Pero en los años 1967 y 1973, ocurrieron dos guerras de las que Egipto fue partícipe. La primera, la guerra de los seis días, en los que una unión de estados árabe se enfrentó contra Israel, y en menos de una semana este les ganó, por lo que no solo se quedó con el territorio palestino que ya poseía, también conquistó la península de Sinaí, y tomó el control de Jerusalén y los Altos de Golán.
La segunda fue la guerra de Yom Kipur, en la que una coalición árabe liderada por Siria y Egipto (al igual que en la última ocasión) atacó por sorpresa al pueblo judío durante las celebraciones de Yom Kipur, una de las más sagradas en su calendario. Aún así, los israelitas se repusieron y no perdieron ninguno de sus territorios. Desde entonces, Israel y Egipto han hecho acuerdos de paz y su relación es mejor. Es más, actualmente estos dos estados llevan a cabo un bloqueo a la franja de Gaza, en el que se impide la exportación e importación de productos.
Esta revuelta finalizó con los Acuerdos de Oslo de 1993, que buscaba poner fin al conflicto, y el nacimiento de la Autoridad Palestina, cuyo líder, un año más tarde, conseguiría la autonomía palestina, al negociar con el primer ministro de Israel.
Pero Hamás, el grupo anti-Israel, continuó existiendo, y en 2006 ganó las elecciones parlamentarias de Palestina, y al año siguiente, tomó control de Gaza.
Desde entonces, este grupo terrorista ha estado llevando a cabo atentados contra el pueblo israelí, mientras este responde con más fuerza y continúa expandiendo su territorio, eliminando cada vez más el palestino.
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